Nos gusta hacerla de emoción.
Este año hubo menos juegos que otras veces (lo cuál es un poco triste), por lo que los jueces tuvieron oportunidad de verlos a mayor detalle y dar una crítica mordaz, pero justa (lo cuál es genial).
¡Felicidades a nuestros ocho valientes sobrevivientes! Este año el concurso demostró ser uno de los más letales en los últimos años. Sea lo que sea que pase después, ya pueden jactarse de haber logrado lo que pocos: crear “de la nada” un juego de rol en una semana.
Tras un par de semanas de intensa deliberación, nuestro Honorable Jurado ha llegado a una resolución final. (Por cierto, como siempre, hay que agradecer mucho la sacrificada labor de los Jueces.)
El Cuchillo de Bronce, por ser el juego con el uso más inesperado pero funcional de los ingredientes secundarios, va para Visconti, de Marcos Cabobianco y Teresa Kiss.
La Cuchara de Plata, por ser el juego que más se salga de la caja, va para LA CAJA no es importante, de Jorge Armando Ibarra Ricalde.
El Tenedor de Oro, para el juego con más potencial, va para Lisergia, de Pau “Lordwhitewind” Ferrón.
Lamentablemente, este año el Sextante de Hierro quedó desierto. Aparentemente muchos de los que se propusieron participar este año olvidaron la importancia de dar y recibir retroalimentación de sus co-participantes. Ya veremos qué hacemos para corregir esto el próximo año.
Y habiendo llegado al momento de presentar el plato principal del evento, nos complace anunciar que el título de supremo ganador del Rolero de Hierro de este año tendrá que ser compartido por nuestro primer dúo de co-creadores en participar en un RdH, Marcos Cabobianco y Teresa Kiss, con su gran proyecto Visconti.
Finalmente, como decimos en mi tierra, al último pero no menos importante, el postre.
El Palillo de Marfil como mención especial del jurado, va para Historia de 12, de Víctor “Zelguedez” Andrade. Para contemplarse con satisfacción.
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